Una cruz en el camino

Artículo de Carlos Arranz Santos, 1 de agosto de 2006

JM Díaz de Bustamente 3 (2006-08-02) Al viajar por la carretera de Madrid a Valladolid (N-601 km 158.25), habíamos visto muchas veces esa pequeña cruz labrada en piedra de granito situada junto a la cuneta. Siempre de lejos, tras los cristales de los automóviles. Así, hasta que un sábado, 9 de abril de 2005, acertamos a pasar por su lado, yendo por el camino que transcurre paralelo a la carretera, del otro lado de Alcazarén. Nos llamó la atención que la cruz se hubiera desprendido de su peana, y que ésta se hallara hacia abajo, seguramente al realizar trabajos de acondicionamiento de la carretera.

Para descifrar las inscripciones lo primero que hicimos fue colorear las letras con una raíz seca para mejor verlas. Y a escribir:

"ROGAD A DIOS POR EL ALMA DE
JOSE MARIA DIAZ
DE BUSTAMANTE Y QUIJANO
R - I - P
ALCAZAREN
23 DE JUNIO DE 1920"

En esto se acercó por allí Ángel Vallelado, que estaba trabajando en su huerta, y entre los dos dimos la vuelta a la peana y acondicionamos el lugar. La cruz, sólo pudimos colocarla por encima, se tenía en pie a duras penas (a fecha de 2006-08-01 está sujeta con cemento, lo hizo Ángel hace menos de un mes).

JM Díaz de Bustamente 2 (2006-08-02) JM Díaz de Bustamente 1 (2005-04-09) Ángel Vallelado (2005-04-09)

Nos quedaba lo más difícil, saber quién había sido aquella persona y en qué circunstancias había venido a morir en ese lugar. El Registro de Defunciones del Juzgado de Paz de Alcazarén nos permitió conocer los primeros datos

"Nº 16. DON JOSÉ MARÍA DE BUSTAMANTE Y QUIJANO
En la villa de Alcazarén, a las seis de la tarde del día veinte y cuatro de junio de mil novecientos veinte, Don Baldomero Garrido Puertas, Juez Municipal, por ante mí el Secretario ordenó la inscripción de Don José María de Bustamante y Quijano, natural de Madrid término municipal del mismo y provincia de idem, de veinte y un años de edad, estado soltero, profesión estudiante y domiciliado accidentalmente en esta villa, falleció a las cinco de la tarde del día veinte y tres del actual a consecuencia de herida penetrante de pulmón consecutiva a un accidente automoviliario, según certificación facultativa.
El Sr. Juez Municipal dispuso que se estendiese la presente acta de inscripción consignandose en ella además de lo expuesto y en virtud de las noticias que se han podido adquirir, las circunstancias siguientes,
Que era hijo legítimo de Don Felipe y Doña María. Que nó otorgó testamento. Y que a su cadáver se habrá de dar sepultura transcurridas que sean las veinte y cuatro horas a su fallecimiento.
Fueron testigos presenciales Don Antonio Cisneros Guijar y Don Modesto Hernández González, de estado casados, mayores de edad, de esta vecindad.
Leída íntegramente esta acta a las personas que deben suscribirla, é invitadas éstas a que la leyeran por sí mismas, si así lo creían conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado Municipal y la firma del Sr. Juez y testigos expresados y de todo como Secretario certifico.

(firman Baldomero Garrido, Antonio Cisneros y Constantino Herrero)"

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La hemeroteca de El Norte de Castilla nos desveló ampliamente las circunstancias de tan fatídico accidente de automóvil. El fallecido pertenecía a una familia de la alta aristocracia madrileña.

El Norte de Castilla, miércoles, 23 de junio de 1920, primera página.

"EN ALCAZAREN
Grave accidente de automóvil
Dos heridos graves

Ayer tarde se recibieron en nuestra ciudad noticias de un grave accidente de automóvil ocurrido en las inmediaciones de la villa de Alcazarén (Olmedo).

El accidente
En dos automóviles venían de Madrid en dirección a Los Corrales (Santander), el propietario don Felipe Bustamante y Campuzano y su familia.
Ocupaban uno de los coches el señor Bustamante, su esposa y su hija, y le guiaba un chófer.
En el otro, de carrocería abierta, viajaban dos hijos del señor Bustamante, y su tío el conde de Torrevelarde. Pilotaba un mecánico y le acompañaba otro.
Próximamente á las ocho de la mañana frente a Alcazarén, en el kilómetro 160 de la carretera, el auto abierto, que iba delante, volcó tan violentamente que quedó con las cuatro ruedas en alto.

Los heridos
Del tremendo accidente, cuyas causas determinantes no hemos podido comprobar exactamente, resultaron gravemente heridos uno de los hijos del señor Bustamante y el chófer conductor.
El primero, don José María Bustamante, joven de veinte años, recibió importantes lesiones en el tórax y otras leves en distintos miembros.
El chófer quedó con una mano terriblemente magullada. Los demás ocupantes del auto volcado recibieron también lesiones, pero de escasa consideración, afortunadamente.

Los auxilios
El segundo auto alcanzó al volcado á los pocos minutos de ocurrir el accidente. No es necesario decir la terrible impresión recibida por los señores de Bustamante y su hija al encontrarse ante la catástrofe.
Rápidamente procedieron todos a auxiliar a los heridos y en el otro auto los llevaron á Alcazarén.
El médico de esta villa, don Anselmo Paniagua, no sólo les prestó cuidadosamente los auxilios de la ciencia, sino que hizo instalar en su propia casa al joven don José María Bustamante, cuyo estado era muy grave y requería absoluto reposo.
En vista de que allí se carecía de algunos elementos necesarios, se envió á Valladolid el automóvil, por indicación del médico de Alcazarén, para avisar al doctor don Casimiro Calleja. Este marchó en seguida, llevando todos los elementos precisos, y se procedió á una nueva cura del joven señor Bustamante.
El estado de éste, que es grave, no permitía su traslado a Valladolid, por lo cual seguirá en Alcazarén hasta que sea posible moverle.
El chófer fue traído en automóvil, ingresando en el Sanatorio del doctor Calleja, que se ha hecho también cargo de su curación."

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El Norte de Castilla, jueves, 24 de junio de 1920, primera página.

"El accidente automovilista de Alcazarén
Fallecimiento de don José Mª Bustamante

Triste desenlace
El grave accidente automovilista ocurrido en las inmediaciones de Alcazarén, y del que ayer dimos cuenta, ha tenido un triste desenlace. A las cinco y cuarto de la tarde de ayer, don José Mª Bustamante falleció a consecuencia de las heridas sufridas, siendo inútiles para salvarle los auxilios que solícitamente se le prodigaron.
Por la mañana, el herido fue visitado por el doctor Quintana, que confirmó el pronóstico hecho por el doctor Calleja y por el médico de Alcazarén, don Anselmo Paniagua, en cuya casa ha estado asistido con gran cariño hasta su fallecimiento el infortunado joven.
Para acompañar á los señores de Bustamante en estos momentos de terrible dolor, han llegado á Alcazarén sus próximos deudos los señores de Quijano, marqués de Herrera y Conde de Mansilla. Al llegar, una hora después del triste desenlace, el marqués de Herrera, hermano de don Felipe Bustamante, y el hijo mayor de éste, se produjo la desgarradora escena que es de suponer.

Detalles del accidente
Como ya hemos dicho, el accidente ocurrió frente á Alcazarén, en el kilómetro 160 de la carretera de Madrid.
Los hermanos Bustamante con su tío el conde de Torrevelarde ocupaban un coche Daimler-Mercedes. Por un falso viraje el coche fue a la carretera y volcó tan violentamente que las cuatro ruedas quedaron en alto. Los mecánicos que ocupaban la delantera del carruaje fueron despedidos de sus asientos y los tres viajeros del interior quedaron debajo del coche. La fortuna que acompañó al conde de Torrevelarde y á su sobrino Luis, que salieron ilesos, sin más que una ligera conmoción de la que se repusieron pronto, no alcanzó igualmente á don José María Bustamante. La caja del coche le oprimió fuertemente, causándole la fractura de una costilla y el desgarramiento de un pulmón.
Antes de que el herido pudiera ser retirado de la carretera, llegó al lugar del accidente el otro automóvil en que viajaban los señores de Bustamante con su hija. Los esfuerzos para que los infortunados padres no se enteraran de la desgracia fueron inútiles, aunque por el momento pudo ocultárseles la gravedad de su hijo.
Éste fue atendido solícitamente por el médico de Alcazarén, señor Paniagua, quien ordenó el traslado del joven señor Bustamante al pueblo, ofreciendo su propia casa, en la que tanto el herido como su familia han sido cuidados con gran cariño.

Traslado del cadáver
Hoy, después de embalsamado por el doctor Calleja -que ayer visitó al herido de madrugada, volviendo á Alcazarén por la tarde, cuando desgraciadamente los tristes vaticinios que hizo desde un principio se habían confirmado- el cadáver será trasladado á Los Corrales (Santander) para ser inhumado en el panteón de las familias Bustamante y Quijano.

Manifestaciones de pésame
Los señores de Bustamante están recibiendo innumerables manifestaciones de pésame por la desgracia que les aflige.
Además de sus deudos, ya citados, acudieron ayer á Alcazarén varios de sus amigos, entre ellos el diputado provincial don Martín Rodríguez, que prodigó a la familia doliente todo género de atenciones, y el alcalde de la capital, señor Santander. El gobernador civil, señor Zurita, ofreció también su concurso y envió su pésame muy sentido.
El malogrado joven, que en este accidente ha encontrado trágica é inesperada muerte, era un muchacho inteligente y culto, que por su bondad y su carácter se captaba las simpatías de cuantos le trataban. Servía en la actualidad como soldado de cuota en el regimiento de húsares de Pavía, y en la sociedad de Madrid y en la de Santander era apreciadísimo. Por su fallecimiento vestirán luto casi todas las familias de la aristocracia montañesa.
Descanse en paz el infortunado joven, y reciba su familia, en especial sus afligidos padres don Felipe y doña María, sus hermanos y sus tíos el marqués de Herrera, los condes de Torrevelarde y de Mansilla y los señores de Quijano y de Solano Polanco, la expresión de nuestro sincero sentimiento."

Y esta es la historia de esta cruz. Algún día, tal vez no muy lejano, volverán a aparecer las máquinas excavadoras. Habrá que estar al tanto, no sea que desaparezca para siempre bajo el asfalto.

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